chicle cosmos

Si mascabas chicle el verano pasaba más lentamente. Por aquel entonces el calor no me molestaba como ahora. Por las tardes había que ponerse rebeca, y no creo que sea mi imaginación. La extinción de la rebeca las tardes de agosto es la prueba irrefutable del cambio climático. Siempre me gustó el color negro: la corteza quemada de las tostadas, las aceitunas negras, los gatos, los escarabajos, las hormigas, las calles sin farolas, el polo Drácula, la pasta Zara, el chicle Cosmos. Para que Carrasquilla te entendiera tenías que decirle: ¿Me da un chicle negro? Y eso que el hombre era daltónico.