hiperrealismo abstracto

Mi madre tenía un chicle en la boca. La supo cerrar en el instante que mi padre disparó. Mi madre movía el chicle en la boca para obligarme a mirarla, para que yo saliera mirándola en la foto. En la foto las dos llevamos pijama, unos pijamas de estampado abstracto. Mi madre parece una actriz francesa, la novia de un pintor bohemio. Para completar el decorado, al fondo, se ven pinceles y un lienzo en blanco sobre un caballete.

Mi padre deseaba ser pintor, pero no conseguía ser bohemio. Mi padre era ordenado y de horarios inflexibles. Mi padre quería pintar, pero temía el fracaso y la suciedad. Por eso los pinceles permanecían inmaculados en un vaso de cerámica y los lienzos sin imprimación siquiera. A pesar de eso la casa siempre olía a aguarrás y a aceite de linaza. A pesar de eso, mi padre, si le preguntaban, decía que era pintor. Estoy segura de que los pijamas los eligió él.

humo

En invierno jugaba a fumar. Tenía un cigarrillo de plástico con boquilla que sabía a menta. Tomaba posturas interesantes junto a la ventana, pensativa, por si alguien me veía desde la calle. Aún no conocía a Sartre, pero con mi ojo vago seguro que parecía un pequeño monstruo de seis años. Tal vez por eso me gustaban el invierno y los días de lluvia, porque podía quedarme en casa fumando. Cuando me cansaba de posar para nadie me sentaba al piano. Un piano rojo que apenas me llegaba a las rodillas. Si hubiera tenido un vaso de whisky de plástico habría sido la felicidad completa.

Antes se podía fumar en los trenes. Colocaba meticulosamente los cojines formando asientos y pegaba en la pared dibujos de paisajes. Me podía pasar horas mirando por una hoja de papel sin movimiento mientras fumaba.

Llevar gafas con menos dioptrías de las necesarias me curó el estrabismo. Nunca fui fumadora, nunca aprendí a tocar ningún instrumento, y el whisky, como dice mi madre, sabe a cuerdas de guitarra. Tengo la triste certeza de que, quitando aquellas largas horas de falso tren, falsas ventanillas y falso humo, nunca he viajado, sólo he hecho turismo.

También tenía una pipa de plástico, blanca y amarilla, igual a las pipas de espuma de mar que coleccionaba mi padre. Pero en pipa sólo fumaba en verano.